martes, 17 de septiembre de 2013

LA ESPAÑA QUEMADA

LA ESPAÑA QUEMADA

Durante los últimos días, los medios de comunicación nos han estado dando noticias muy desagradables, penosas y fuera de toda lógica. Me refiero a los continuos incendios forestales que aparecen sin cesar en diversas partes de Galicia, con focos de fuego aquí, allá o acullá, como si los demonios del infierno hubieran salido de sus ardientes cavernas para destruir con saña y desmedida furia los bosques, prados, sembrados, huertos, ganado, animales silvestres, aves, insectos, todo tipo de vida, y hasta la morada de los humanos, porque el fuego abrasador en proporciones gigantescas se convierte en el gran depredador y destructor de la naturaleza y del patrimonio del hombre. Sin embargo, la desgracia, el dolor, las lágrimas, y la desesperación que ocasionan los incendios forestales no son imputables a la cólera de los dioses celtas, ni al ansia de castigo de otras divinidades que hayan sido ofendidas por los gallegos, pues las meigas, los dioses mitológicos, u otros seres espirituales o inmortales, si existieran, no destruirían la vida sino que se unirían a la madre naturaleza y se complacerían en ver cómo ésta llenaba de belleza, de armonía, de luminosidad, de música, y de color todo cuanto nos rodea, para placer, gozo y disfrute de los humanos.

Resulta increíble que unas 16.000 hectáreas hayan resultado calcinadas en este verano de 2013 en Galicia, que es precisamente una tierra que se encuentra en la zona húmeda española, y donde la lluvia es la compañera habitual de los gallegos, mientras que en el sureste español, escaso de lluvias, semidesértico, donde la sequedad de la tierra es un azote endémico, la aparición de incendios forestales no sea ni habitual ni alarmante, a pesar de que todavía existen grandes masas forestales en muchas de sus montañas. Entonces, ¿Qué ocurre en España?

Dar una respuesta correcta y acertada en su totalidad quizá no sea fácil, pero posiblemente no estemos muy lejos de la verdad si aseguramos que buena parte de los incendios en tierras gallegas se deben a la aparición de los pirómanos, esos canallas que, por una razón u otra, que desconocemos, o simplemente por una estúpida y criminal sinrazón, no tienen reparos en destruir la naturaleza y poner en peligro la vida y hacienda de las personas. El daño que hacen con su desquiciada locura es de tal magnitud que ni su propia vida sería suficiente para pagar el delito cometido. Además, la propia justicia española, tan dada a proteger más al delincuente que a la víctima, por eso del purismo judicial, no parece que esté castigando con la dureza que procede a los que provocan los incendios, y de esta forma seguiremos sufriendo la pena, el dolor y la rabia de ver cómo se destruye la tierra española y no se toman las medidas tendentes a la fulminante erradicación de tan odiosa práctica.

16 de septiembre de 2013

Luis de Torres

domingo, 8 de septiembre de 2013

LAS ILUSIONES ROTAS

Ayer una gran mayoría de españoles recibió con sorpresa la noticia de la eliminación, en la primera ronda, de la candidatura de Madrid para ser la sede de los Juegos Olímpicos del año 2020, y buena parte de España, entre la incredulidad, la perplejidad y la extrañeza por tan inesperado resultado, no podía entender que una candidatura tan elogiada, tan alabada y tan profundamente respaldada por autoridades, deportistas, instituciones y personajes de gran talla y relieve, pudiera haber sido desbancada de forma tan rápida y despiadada.

No quiero caer en el chauvinismo y declarar que la candidatura de Madrid 2020 era la mejor, que las instalaciones presentes y futuras son y serían, asimismo, sobresalientes sobre las de otras candidaturas, y que el esfuerzo de Madrid ha sido superior al de las otras ciudades, pero tampoco puedo admitir la humillación que se nos ha hecho, porque pienso que, al menos, Madrid está al mismo nivel que las otras ciudades. Entonces, ¿por qué se eliminó a Madrid tan fulminantemente?

No sé las razones que se tuvieron en cuenta para llevar a la práctica la desafortunada eliminación de Madrid en la primera votación, pero sí creo que las ideas políticas y religiosas, la influencia de algunos lobbies, la afinidad o desacuerdo entre naciones, y alguna otra circunstancia, pudieron introducir alteraciones o modificaciones en el resultado final. No hay que olvidar que las votaciones en el seno del COI, mediante voto secreto, dan al funcionamiento de esta institución un halo de oscurantismo, que algunos pueden considerar beneficioso, pero que otros lo entendemos como falta de transparencia, apertura y comunicación. Asimismo, la primera y nefasta votación donde sólo obtuvimos 26 votos nos descubrió que tenemos más enemigos que amigos, y que también fuimos víctimas de la traición de algunos que, supuestamente, nos iban a ayudar.

Quiero dejar constancia que la culpa de la eliminación no la tiene nadie, repito, nadie, de las muchas personas que trabajaron para sacar adelante la candidatura olímpica, porque estoy seguro que todos pusieron de su parte su mejor saber y entender y que lo hicieron con ilusión, entrega y esfuerzo.

Y finalmente quiero pedir a las autoridades de Madrid, las actuales y las futuras, que se olviden durante algún tiempo de presentar su candidatura para organizar unos Juegos Olímpicos, a menos que en el futuro se modifiquen las normas del COI y exista mayor claridad en la designación de la ciudad aspirante. Mientras tanto, estoy seguro que Madrid y el resto de España seguirán logrando éxitos deportivos no sujetos a votaciones absurdas. Soy español y madrileño, por mis venas corre sangre madrileña de varias generaciones y deseo lo mejor para Madrid y para el resto de España.. Las Olimpíadas, según parece, no son lo mejor…